

Mente zen es una de esas frases enigmáticas que usan los maestros Zen para lograr que tomes conciencia de ti mismo para ir más allá de las palabras y para que te preguntes qué es tu mente.
Este es el propósito de toda enseñanza Zen: hacer que te preguntes y que respondas a esa pregunta con la expresión más profunda de tu propia naturaleza.
La práctica del zen requiere una mente de principiante. La inocencia de la primera indagación, ¿qué soy yo?
Es necesaria a lo largo de toda la práctica zen.
La mente del principiante está vacía, libre de los hábitos de la mente del experto, dispuesta a aceptar, a dudar, abierta a todas las posibilidades.
Es el tipo de mente que puede ver las cosas tal como son que, paso a paso o de repente puede tomar conciencia de la naturaleza original de todas las cosas.
Un roshi es una persona que ha logrado esa libertad perfecta que es el potencial de todos los seres humanos. Existe libremente en la plenitud de su ser. El flujo de su conciencia no contiene los patrones fijos y repetitivos de nuestra conciencia centrada en el yo, sino que surge espontánea y naturalmente de las verdaderas circunstancias del presente.
Cuando se practica zazen (meditación), no hay idea de tiempo o espacio.
Cuando practiques zazen, tu mente debe concentrarse en la respiración. Este tipo de actividad es la actividad fundamental del ser universal. Sin esta experiencia, sin esta práctica, es imposible alcanzar la libertad absoluta.
Si quieres disfrutar de una calma perfecta en tu zazen, no debes dejar que te molesten las diversas imágenes que aparezcan en tu mente. Deja que vengan y que se vayan sin oposición… solo vuelve a la atención