Sukhasana (Postura fácil)
Descripción: Postura con la que podemos comenzar la práctica de yoga. La columna se alarga mientras los hombros se relajan y la barbilla queda paralela al suelo. Debemos intentar sentarnos sobre los isquiones y cruzar las piernas sin que la incomodidad de la postura impida que os concentréis en la respiración y en vuestro cuerpo.
Beneficios: Relajación, fortalecimiento de la espalda y flexibilidad en rodillas y tobillos.
Tadasana (Postura de la montaña)
Descripción: Una postura que requiere que indaguemos en nuestro cuerpo tomando conciencia de todo él. Postura que suele ser el inicio de otras asanas realizadas de pie. La postura debemos realizarla de pie, con los pies juntos, separados el ancho de nuestras caderas, brazos estirados, cadera elevada, glúteos relajados, bajando el sacro y el pecho un poco elevado. La cabeza mirando al frente de forma que la coronilla ayude a verticalizar el cuerpo. Los hombros deben estar relajados y los pies deben enraizarse en su totalidad (dedos, planta y talón) intentando mantener el arco natural de nuestro pie, sin descargar todo el peso sobre los talones intentando distribuir el peso por igual formando un triangulo (talón y extremos distales del 1er y 5º metatarsiano).
Beneficios: Toma de conciencia de los apoyos de nuestro pie y de los desequilibrios de nuestra espalda y cadera.
Balasana (Postura del niño)
Descripción: postura en la que buscamos recuperar la calma y sentir la respiración, abriendo y alargando la espalda. Para realizar esta postura nos plegaremos sentándonos sobre los talones y las costillas deberán quedar sobre los muslos dejando los brazos relajados al lado del cuerpo. La cabeza puede quedar con la frente en el suelo o sobre las manos. En esta postura deberemos observar como la respiración afecta a nuestra zona abdominal.
Beneficios: Relaja la musculatura de la espalda y libera presión sobre el nervio ciático.